¡Hay que andar! puede considerarse un impulso para salir de ese bucle en el que nos enredamos cuando estamos mal y nos sentimos seres diminutos. Seguir un entrenamiento de autoayuda, de autoconocimiento o de autoexploración, es importante, ¡cómo no!, pero no lo es todo, ya que también en esto tiene cabida la desesperación, la frustración y la ansiedad, principalmente si nos ponemos exigentes y nos da por pensar que, sin conocernos lo suficiente, jamás podremos llegar a ser felices, superbuenos padres o magníficos profesionales. Si estás buscando aislarte, este libro no es para ti, tenlo claro. La vida no está completa si no cuentas con los demás, si no compartes, si no ayudas, si no buscas una misión para trazar tu norte. Este libro está creado para plantarle cara a la vida y recuperar el realize, con entusiasmo, ilusión y motivación, conseguiremos reducir las crisis a las que nos enfrentamos en nuestro día a día. Las personas somos un auténtico misterio por descubrir. Vivimos en sociedad y, por ello, debemos olvidarnos un poco de la locura del yo-yo, es decir, del egoísmo, que para mí no tiene cabida en
