Lo que la historiografía dio en llamar la "Conspiración del Triángulo", en 1816, constituyó una infrecuente experiencia de rebelión en la que desclasados de diversos escalones de la jerarquía social se aliaron y hasta invirtieron sus roles de clase, género y raza. Cristina Morales narra en "Terroristas modernos" el forjamiento de esas alianzas políticas inesperadas, la intrahistoria de esa subversión, y traslada los profusos conflictos de la trama al estilo literario, problematizando el lenguaje y el sustento ideológico del lector.