Este libro aborda el estudio de la temporalidad moderna a través del cine de vanguardia europeo de los años veinte, a la vez que cartografía la producción fílmica vanguardista. Los cineastas de vanguardia recorrieron la modernidad rescatando las imágenes y los tiempos desechados por los discursos visuales e históricos dominantes. Retrataron la pluralidad de esas vivencias temporales y, aunque no construyeron un discurso alternativo, sí se dotaron de un cuerpo coherente de revuelta. Su trabajo trató de establecer la imagen como método, probó a deconstruir la racionalización instrumental del dominio visual y propuso que de la variedad de discursos temporales en convivencia emanaba una nueva forma de historia y de imagen.