Fray Perico 117
La Guerra de la Independencia española ha dejado el convento de fray Perico destrozado. Al menos, la guerra ya ha acabado. Los frailes pasan mucha hambre, pues el huerto está vacío y no queda ni una gallina, ni un cerdo, ni un ternero... No queda nada. Ni siquiera los pájaros van por allí. Poco a poco y gracias a la generosidad de algunos ciudadanos, el convento se va recuperando y los frailes tienen qué comer. Luego, van arreglando las tejas rotas del tejado, la escalera... Así, van recuperando la normalidad de siempre. El huerto vuelve a tener frutos, tienen animales, los pajarillos han vuelto y todos los frailes han recuperado la alegría y la tranquilidad que tenían antes de la guerra.