Una vez, en una familia de patos, nació un patito que era diferente al resto. Era más alto de lo normal, su color era diferente y nadaba más lento que sus hermanitos. Todos se burlaban de él y lo picoteaban. Por eso, un día decidió marcharse. Estuvo en muchos lugares diferentes, pero en ninguno le fue bien. Pasó el tiempo y siguió creciendo, incluso se volvió más guapo. Un día, en un estanque, el patito vio unas aves muy hermosas. Al verse reflejado en el agua, comprobó que él era igual que ellas: eran cisnes. Desde entonces fue muy feliz.