Max solo tenía unos pantalones azules y ya estaban muy viejos. Rosa, su hermana, lo lleva a los grandes almacenes para comprarle unos nuevos. Sin embargo, Max no quiere unos pantalones, sino una camiseta con un dragón, pero no hay dinero para las dos cosas. Cuando llegan a los grandes almacenes, Max se pierde y va a la sección infantil donde encuentra la camiseta del dragón que quería y se la pone. Cuando Rosa lo encuentra, Max ya se ha manchado toda la camiseta y a su hermana no le queda más remedio que comprarla.