Masha es una niña a la que le encanta la música y que sueña con llegar a ser una gran pianista. Esa tarde, sus padres se han marchado al cine y la han dejado sola en casa. Masha empieza a oír una música procedente de la casa de al lado. Cuando va a ver lo que es, la puerta está abierta y la casa vacía. Dentro de la casa descubre una puerta secreta que lleva a un subterráneo. Allí estaba toda una orquesta de música, de música mágica. Cuando Masha vuelve a casa, no puede dejar de pensar en lo que ha vivido esa tarde. Sabe que la música la puede guiar hasta donde ella quiera, sólo con escucharla y dejarse llevar por ella. Masha decide volver al domingo siguiente. Tiene que librarse de un portero que odia a los niños. Cuando lo consigue y vuelve al subterráneo, Masha se pone a tocar el piano. La música la envuelve, cierra los ojos y se deja llevar por la música. Abre los ojos de nuevo y ¡está en la isla de los melómanos! Masha era incapaz de imaginar una felicidad mayor.