Este es un cuento imaginativo de un vanidoso Emperador que resulta burlado a causa de su propia vanidad y falta de sinceridad. El Emperador, a quien engañan dos bribones que se hacen pasar por tejedores, es víctima de sus deseos de parecer atractivo e inteligente. Al final la verdad es puesta de manifiesto por un inocente niño y el Emperador queda como el más necio. Una interesante enseñanza sobre la vanidad y la virtud de la sinceridad.
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