La mirada de una niña, sus impresiones y los sentimientos que experimenta en un viaje a África construyen esta historia plagada de sensualidad y sorpresas. Porque sobre todo en este recorrido percibimos sensaciones, olores, sabores y también sonrisas, músicas y bailes. El contraste con los modos de vida europeos le sirven a la protagonista para valorar otros modos de afrontar la existencia y de disfrutar. El trazo y los tonos de las ilustraciones de los interiores crean una atmósfera cálida que ilumina el texto con los colores de África.