Gonzalo ha decidido dejar la asesor¡a para preparar unas oposiciones. Se trata de una decisión consensuada con su esposa, Victoria. Sin embargo, cuando le traslada su determinación, percibe en ella un sutil, pero inequ¡voco, desinterés. Esta impresión no pasa desapercibida para nuestro protagonista. Muy pronto descubrirá que la indiferencia Âùy no el odioÂù representa el reverso del amor, su antónimo, el amargo final. Explorando el comportamiento distante de su mujer, el atribulado Gonzalo emprende una espiral de perturbadoras reflexiones que le llevan a la ni?ez y adolescencia, tiempo de nostalgia en el que se fraguó el amor que siente por ella. A partir de ah¡ desarrolla una suerte de «terapia de la retrospección», una fascinante representación de las andanzas y charlas con sus inseparables amigos, la envolvente atmósfera familiar o las peculiaridades de los vecinos del barrio de los Sindicatos, singular microuniverso habitado por personajes entra?ables y eternos. Indiferencia es una atrevida apuesta literaria en donde la analepsis narrativa y una descarnada introspección conforman un placentero ejercicio d