Una parte fundamental de la investigación radica en la metodología empleada. Aunque hay unas pautas comunes, como son la búsqueda de los materiales objeto de nuestro estudio en un complejo entramado de fuentes, su análisis e identificación, y su descripción (en su caso), el mundo del libro antiguo es tan variado, que cada tipo de trabajo requiere de una aplicación específica. Las fuentes cambian según el objeto de estudio y las delimitaciones cronológicas o geográficas, entre otras. Las hay comunes a las diversas especialidades, pero lo frecuente es que varíen según el citado objeto, pues serán distintas si se trata de encuadernaciones históricas, incunables, impresos antiguos, manuscritos, o documentación referente a cualquier ámbito del universo librario. De ahí la importancia de compartir las experiencias de acreditados investigadores con el fin de aprender y de facilitar el trabajo al resto de la comunidad investigadora.