Desde que la abandonaron de niña en una de las bibliotecas mágicas de Austermeer, Elisabeth ha crecido entre grimorios que susurran en los estantes y que, ante la menor provocación, se transforman en monstruos de tinta y cuero. Allí espera terminar su aprendizaje para encargarse de custodiarlos y proteger a los demás de su poder. Cuando alguien sabotea la seguridad de la biblioteca para liberar el grimorio más peligroso que alberga, Elisabeth se ve implicada en el crimen y sin nadie a quien recurrir con la excepción de su enemigo jurado: el hechicero Nathaniel Espinosa, siempre acompañado de su misterioso sirviente. Será al ver que ante ella comienzan a desplegarse unas posibilidades que nunca podría haber imaginado cuando Elisabeth empiece a cuestionar todo lo que le han enseñado sobre sus adoradas bibliotecas, sobre la hechicería e incluso sobre sí misma.