Déjate de cuentos no va a dejar indiferente a nadie. La capacidad de Alvaro Romero Bernal para encontrar significados en los detalles del día a día y su amor por la literatura arman una obra que va más allá de la pura narrativa. Este libro es una invitación a la reflexión, a la filosofía, a la senda más larga pero honesta en un cruce de caminos. Todo lo que aquí se cuenta, por tanto, no es un cuento. El autor lo ha visto, lo ha vivido o lo ha sentido en esos lugares de donde es.Puede que, de un momento a otro, se les venga a la cabeza Caperucita, Blancanieves, La Sirenita, tal vez. Pero aquí no van a encontrarlas. Aquí no habitan, no se confundan. Quienes habitan aquí son mujeres reales. Es la mujer que se pasa horas y horas en una oficina trabajando sin ver a su hijo. Es esa chica que logra salir de su pueblo pero no evitar el acoso sexual. Es la mujer que busca coquinas, y también justicia. Es la hijastra que acoge a su hermano. Son los maltratadores. La educación. La sociedad. Es la abuela y son las niñas que juegan a la comba con su larga melena, ajenas al efecto, a veces asfixiante, del tiempo, de las cosas por hacer. Déjate de cuentos es, por mucho que nos duela, la vida misma. Es hoy.