En un plazo de tiempo muy breve, Gabriel Bisimbre, un hombre esencialmente bueno aunque sometido a los vaivenes imprevisibles de la vida, pierde su trabajo, a su mujer y las referencias sobre las que venía desarrollando su existencia hasta entonces. Empujado por las circunstancias y un tanto a merced de las ambiciones ajenas, Bisimbre empieza a buscar en las estancias más oscuras de su propio yo en un intento por vencer los requerimientos menos confesables de su deseo, para acabar cuestionándose si en realidad la bondad, los sentimientos altruistas, la civilización en suma, tienen poco que ver con la naturaleza humana y no responden más que a un vulgar amaestramiento de los instintos.
