El musgo en las paredes, y el grito
petrificado de las gárgolas:
silencio y opresión en estos patios
donde ni una palabra debería decirse
excepto si la oyes
caer como una piedra en el pozo escondido
junto a la capilla.
Tu boca, entre las gárgolas, abierta.
(Antiguo Gran Priorato de Malta, Arles)