Se trata de un libro muy caminado, que destila la esencia cultural, erótica y psicoanalítica de una gran ciudad, barrio por barrio. Es un libro muy leído, que cita poemas, ensayos y ficciones para crear la banda sonora de una interpretación urbana, pero también muy vivido, cargado de experiencia y de amistad y de pasión y de ironía: lleno de verdad, digamos. Tal vez pueda hablarse de un libro performático, puro teatro, que recurre a los mecanismos de la apropiación y del collage para sacar a la literatura autobiográfica y documental de sus marcos convencionales; al fin y al cabo, su autor, además de cronista y gestor cultural, es un dramaturgo que ha sacado de sus casillas a actores, escenarios y textos para acercarlos al arte contemporáneo