El arte muestra de forma ejemplar en qué medida la producción cultural sigue siendo privilegio de elites que imponen estilos y modas, muchas veces indiferentes a las inquietudes colectivas. Esta obra plantea las posibilidades de recuperar la antigua función del arte de reflejar las formas de sentir y experimentar que comparte toda una sociedad. No se trata de uniformizarlas en cánones, como en el pasado, sino de facilitar la manifestación y el intercambio de las percepciones e inspiraciones más diversas y a veces geniales que todos tenemos. Cuando podremos expresarlas se creará una verdadera polifonía cultural de participación colectiva.
Uno de los recursos más revolucionarios para ello es la posibilidad que ofrece Internet de reconvertir al artista en productor de herramientas que permiten al público participar en esta creación colectiva.
Pero las posibilidades no se limitan sólo al arte. También en el campo de las ideas Internet facilita la cooperación y discusión. Por eso, el autor extiende el horizonte de la creación colectiva a muchos temas estrella de la cultura digital, como la interactividad, la inteligencia artificial o las posibilidades de programación de talleres virtuales.
Para facilitar al lector el acceso a las dimensiones del espacio electrónico, el libro usa los estilos textuales de la comunicación en Internet, como el chat, el correo electrónico y otras modalidades de conversación. En una gran variedad de ejemplos concretos se puede asistir a lo largo del libro a las experimentaciones más sorprendentes y estimulantes de creaciones colectivas que se están realizando actualmente en Internet.