En De vuelta el protagonista oprime una tecla de su Smith-Corona y, de pronto, cae en el tren D que viaja de vuelta de Manhattan al Bronx. Escucha una música de jazz de alzas y bajas y entra a un oscuro lugar, donde comienza a ver del otro lado del espejo a los personajes de su vida pasada. Hay dos l¡neas narrativas: por un lado, el discurso indirecto libre o monólogo interior del personaje que penetra en el lugar; no sabemos si habla solo o con un extra?o a su lado. A veces intervienen las l¡neas de fuga de la música de jazz que organizan y desorganizan el discurso, y la voz de una persona de omnisciencia limitada con acotaciones y observaciones. Por otro lado, el diario que escribe un joven estudiante, especie de Stephen Dedalus, aspirante a escritor, que se pierde en el tiempo en una universidad jesuita y escribe un cuento sobre ello, mientras espera a sus padres que vienen de Puerto Rico para su graduación. Es un texto de un sujeto fragmentario, diaspórico, errante, en el que se superponen o yuxtaponen distintos lugares-ciudades y tiempos, espacios interculturales, narraciones intercaladas, vagabundeos d